Señala la UNAM que no vacunarse es una de las primeras amenazas a la salud global

Diversos académicos de la institución señalan que vacunarse es una oportunidad de vida frente al virus causante del Covid-19

Las vacunas históricamente han sido las salvadoras de la humanidad, por esa razón hay que vacunarse siempre que sea posible, porque los virus, como el SARS-CoV2, no tienen palabra de honor; mutan con el tiempo y podrían ser más letales.

Por eso no hay que bajar la guardia y mantener las medidas de protección contra la pandemia del Covid 19, al menos así lo aseguran distintas voces autorizadas al interior de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la máxima casa de estudios de México.

Las vacunas han sido y son el método más eficaz y sencillo que nos protege de las enfermedades infecciosas. Fortalecen además nuestro sistema inmune, apunta la Maestra en Ciencias, Karen Flores Moreno, investigadora del Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA), adscrito al Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS-UNAM).

Gracias a las vacunas ha disminuido la incidencia de enfermedades (tétanos, tosferina, difteria, entre otras) que diezmaban sobre todo a la población joven, apunta la doctora Daniela de la Rosa Zamboni, coordinadora del Diplomado en control de infecciones y epidemiología hospitalaria, también del PUIS-UNAM.

La vacunación contra el SARS-CoV2 no es la excepción, sostiene De la Rosa. Países con altas tasas de vacunación tienen menos mortalidad, incluso en México ha disminuido la tasa de mortalidad en al menos cinco veces.

Las vacunas son seguras y eficaces

La vacunación en contra del virus causante del Covid-19 debe ser una prioridad, todos sin dudarlo deberíamos vacunarnos ya que como sabemos, los virus no tienen ‘palabra de honor’ y mutan con el tiempo, como actualmente lo estamos viendo con las distintas variantes del SARS-CoV2 (Alpha, Beta, Gamma, Delta).

En este sentido coinciden ambas académicas, además de la doctora María Guadalupe Miranda Novales, profesora del Programa Maestría y Doctorado de Ciencias Médicas de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Las vacunas contra Covid-19 crean inmunidad, ayudan a evitar una sintomatología grave, hospitalización, la muerte y la transmisión del virus a otros grupos que no están vacunados: por ejemplo los niños, personas con las que nos relacionamos frecuentemente e incluso seres queridos que por sus condiciones físicas podrían ser más vulnerables a la enfermedad.

Todas las vacunas, dicen, son seguras, efectivas y sus efectos adversos no se comparan con el daño que causa el SARS-CoV2.

Reportes indican que 17 % de los infectados con este virus pueden tener un trombo y los vacunados, 0.17 %. “Ni siquiera llega al 1%”, apunta la doctora De la Rosa.

Los grupos que no son de riesgo (aquellos que no padecen hipertensión, diabetes, obesidad, daño renal), como los jóvenes (ya se empezó su vacunación), si se infectan y la enfermedad es leve —advierte Miranda Novales—, a la larga pueden tener consecuencias a nivel pulmonar, cardíaco y en el Sistema Nervioso Central.

La vacunación contra el Covid-19 y seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias y las medidas de protección (usar cubrebocas, guardar la sana distancia, ventilar espacios cerrados, pláticas cortas y evitar reuniones en lo posible) va a ayudar a reanudar poco a poco nuestras actividades previas a la pandemia.

Sin embargo, las académicas apuntan que existe todavía reticencia a la vacunación, a las medidas sanitarias y desinformación que han generado confusión y rechazo a los biológicos, por ende, muchas personas todavía no se vacunan y son participes de la irresponsabilidad social.

Lamentablemente, agrega la doctora Miranda Novales, existe la desigualdad en cuando a la distribución de vacunas en los países. Al 2 de agosto de 2021 se calcula que de cada 100 personas sólo se ha vacunado el 31 %.

Pero hay países que sólo tienen vacunado al 1% de su población. Contrasta Canadá. En tiempo récord, vacunó al 70 % de su población.

Además, la reticencia de algunos no ayuda. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el actual rechazo a las vacunas es una de las primeras amenazas a la salud global, ya que contribuye a no a alcanzar los niveles de inmunidad adecuados en una población. Y de esta forma será más difícil ponerle fin a la pandemia.

Fuente: El Heraldo de México