Se trata de una recomendación para fábricas y restaurantes con el objetivo de bajar los índices de enfermedades cardíacas. Cómo aconsejó aplicarla
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés) lanzó hoy una recomendación a los fabricantes de alimentos y locales de venta de comida para que reduzcan en un 12% la sal que agregan a sus productos con el fin de evitar enfermedades cardíacas, la primera causa de muerte en ese país.
El organismo de control estadounidense manifestó que esa medida debe adoptarse por al menos dos años y medio y debería alcanzar al 12% de la sal con la que se fabrican y elaboran los alimentos.
En el documento titulado Orientación para la industria: metas voluntarias de reducción de sodio, la FDA puntualizó que “esta guía está destinada a proporcionar metas voluntarias mensurables a corto plazo (2,5 años) para el contenido de sodio en alimentos procesados, envasados y preparados comercialmente para reducir la ingesta excesiva de sodio de la población, al tiempo que reconoce y respalda las funciones importantes que desempeña el sodio en la tecnología alimentaria y los alimentos. la seguridad”.
La recomendación cubriría una amplia variedad de alimentos, desde comidas de cadenas de restaurantes hasta alimentos procesados en los estantes de las tiendas de comestibles e incluso alimentos para bebés.
“Lo que nos gustaría ver es que la industria alimentaria reduzca gradualmente el contenido de sodio” en los alimentos más comunes, dijo a NBC News la médica Janet Woodcock, comisionada interina de la FDA.
El objetivo, dijo Woodcock, es reducir las tasas de enfermedades cardíacas, ya que es la principal causa de muerte en EEUU. En última instancia, reducir el sodio en la dieta “tendría un gran impacto en la hipertensión, las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares”, agregó.
La FDA emitió en junio pasado un documento en el que recomendó que los adultos no superen un consumo de más de 2.300 miligramos de sodio por día . Eso equivale a aproximadamente una cucharadita de sal de mesa. En cambio, en promedio una persona en ese país consume alrededor de 3.400 mg de sodio al día, según la propia FDA.
La recomendación publicada hoy intentará promover una reducción de esa cantidad en un 12%, es decir hasta 3.000 mg al día, dijo Woodcock. Eso es el equivalente a consumir 60 cucharaditas menos de sal al año.
De todas formas, ese objetivo no alcanzaría la ingesta diaria recomendada de 2.300 mg de sodio. La guía es un primer paso para abordar la presión arterial alta, que afecta a casi la mitad de todos los adultos estadounidenses.
“Más del 70% de la ingesta total de sodio proviene del sodio agregado durante la fabricación de alimentos y la preparación comercial de alimentos”, puntualizó el documento de la FDA.
Recordó que “las Guías Alimentarias para los Estadounidenses 2020-2025 recomiendan a las personas mayores de 14 años que limiten su consumo a 2300 mg / día; esto se alinea con las recomendaciones de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, que establecen la ingesta de reducción del riesgo de enfermedades crónicas de sodio en 2.300 mg / día para los mayores de 14 años”.
Esta recomendación finaliza la guía provisional que la agencia emitió en 2016 sobre la cantidad de sal que las empresas deben agregar a los alimentos, que la industria alimentaria ignoró en gran medida, según NBC. La nueva guía no es vinculante, lo que significa que las empresas no están obligadas a realizar esas reducciones.
Woodcock aseguró que la FDA observará atentamente a la industria durante los próximos años y que recompensará a aquellas empresas que cumplan, aunque la funcionaria no precisó cuáles serán esos estímulos y tampoco si habrá sancionas contra aquellas que eviten tomar las medidas solicitadas.
A pesar de que los fabricantes podrían no sufrir ninguna pena por el incumplimiento, expertos dijeron que el impulso federal puede aumentar la probabilidad de que la mayoría de los principales fabricantes actúen.
La directora del Centro Rudd para Políticas Alimentarias y Obesidad de la Universidad de Connecticut, Marlene Schwartz, dijo: “El beneficio de que el gobierno establezca este objetivo y ejerza presión sobre él es que tiene más posibilidades de que todos hagan los cambios”.
La guía se aplicará a más de 160 categorías de alimentos procesados, envasados y preparados, como salsa de tomate, productos lácteos y cereales para el desayuno, así como a las comidas de las cadenas de restaurantes, dijo Woodcock. Las diferentes categorías de alimentos tendrán diferentes niveles de objetivo en la baja de sodio.
La Asociación Nacional de Restaurantes dijo en un comunicado que trabajó con la FDA en la nueva guía y “continúa brindando opciones para abordar los deseos y las necesidades de salud de los clientes”.
Varios expertos estadounidenses se mostraron favorables a la nueva guía. El presidente de la Asociación Estadounidense del Corazón, Donald Lloyd-Jones, dijo que era “un momento increíblemente emocionante” que se espera que ayude a las personas a lograr niveles más saludables de sodio en sus dietas. Eso, a su vez, podría reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, afirmó.
El presidente del Centro de Ciencias de Interés Público (CSPI, por sus siglas en inglés), uno de los grupos de vigilancia de la industria alimentaria de más alto perfil, Peter Lurie, consideró que es probable que la guía de la FDA sea “la intervención más eficaz que podría tomar el gobierno estadounidense en el presente.”
El CSPI ha recomendado durante décadas adoptar medidas para bajar los niveles de sodio agregado en los alimentos. “Si bien todos los alimentos naturales contienen pequeñas cantidades de sodio”, escribió el mes pasado en una carta al gobierno federal, “más del 70% del sodio que consume el estadounidense promedio proviene de alimentos envasados y de restaurantes”.
Además, gran parte del sodio en una dieta típica proviene de alimentos que no necesariamente se consideran “salados”, como el pan, las salsas para espaguetis y los aderezos para ensaladas.
“Es muy poco lo que el consumidor promedio puede hacer”, dijo Lurie. “La única forma de tener un impacto significativo en la ingesta de sodio es responsabilizar a la industria”.
El consumo excesivo de sal predispone al organismo a padecer cuadros de hipertensión arterial y problemas cardíacos. Pero las consecuencias no comienzan en el corazón, dijo Lloyd-Jones, sino en los riñones. La función principal de los riñones es filtrar los desechos y las toxinas de la sangre y mantener un nivel adecuado de líquido en el cuerpo.
A medida que se consume más sodio, los riñones son menos capaces de eliminar el exceso. Cuando se va acumulando el sodio, los riñones se vuelven menos eficientes para eliminar el exceso de líquido del cuerpo, lo que lleva a la presión arterial alta. Cuando la presión arterial está elevada, el corazón debe trabajar más para bombear sangre a través del cuerpo. Eso, a su vez, aumenta el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca.
Elisabetta Politi, dietista registrada en el Centro de control de peso y estilo de vida de la Universidad de Duke, dijo que la nueva guía era “un buen paso en la dirección correcta”. Según su experiencia, las papilas gustativas de una persona tardan sólo unos días en aclimatarse a los alimentos con mucho menos sodio, dijo.
Politi dijo que una semana después de su programa, sus clientes se han resistido al sabor salado de sus comidas anteriores. Además, dijo, la presión arterial de sus pacientes tendía a bajar a los pocos días de haber cortado la sal. “Los datos son claros”, dijo Politi. “Se podrían salvar vidas si alentamos a las personas a consumir menos sodio”.
En ese sentido, el doctor Alberto Cormillot precisó que más o menos el 35%- 40% de los argentinos de más de 18 años es hipertenso y una de las medidas más efectivas para bajar la presión, aunque no es la única, es comer más verduras y más frutas y lácteos.
Una persona puede creer que la sal está solamente en la sal de mesa, en los agregados, en lo que se le agrega a los alimentos. Por ejemplo, un medallón de carne de 100 gramos tiene 250 miligramos de sodio, o sea el equivalente a dos sobrecitos.
El especialista recomendó: “lo que se debe hacer no es suspender la sal, sino bajar el consumo. Un argentino está consumiendo 15 gramos de sal por día y más o menos la mitad de eso es sodio, por eso es necesario disminuir esa cantidad, aunque sea un poco. Lo ideal es enemigo de lo bueno. Así que no le digo empiece a comer con nada de sal, sino empiece a tener conciencia de la sal que usted está tomando y contrólese de la mejor manera que puede, que es controlando su presión de la manera que le dice su médico”.
Fuente: Infobae