El Aeropuerto Internacional de Toluca, un proyecto en caída libre

El arranque de operaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) ha dado la última estocada al Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT): uno de sus últimos inquilinos, la aerolínea venezolana Coviansa ha anunciado su traslado desde la capital mexiquense a la nueva terminal militar. La salida de la venezolana revive los fantasmas de desalojo que en los últimos años ha sufrido la terminal aérea con otras empresas como Viva Aerobus o Volaris. La terminal área que hace más de 15 años se convirtió en una opción viable para descongestionar las operaciones del Aeropuerto Internacional del Aeropuerto Benito Juárez en Ciudad de México (AICM) ahora se encuentra en caída libre. Aunque su infraestructura puede albergar hasta 10 millones de usuarios anuales, en el primer semestre de 2021 movilizó a 70.000 pasajeros, según cifras oficiales.

El Aeropuerto Internacional de Toluca comenzó operaciones en 1984. Durante años sus operaciones se centraron en vuelos privados y de carga. No fue hasta 2006 con una inversión de unos 800 millones de pesos que se retomó como una alternativa para desahogar hasta una un 25% de los pasajeros que en ese entonces recibía el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Como parte de este proyecto, en ese entonces también se pretendía modernizar a los aeropuertos de Morelos, Puebla y Querétaro.

En vísperas del banderazo de salida de esta nueva etapa siguieron los anuncios de vuelos internacionales desde la capital mexiquense rumbo a Houston, Barcelona y Madrid, así como la llegada de aerolíneas bandera como Aeroméxico y nuevos jugadores como Interjet y Volaris. El despegue fue exitoso, en 2008 el aeropuerto reportaba cifras récord de atención de pasajeros de más de cuatro millones de usuarios al año y obras de ampliación para duplicar esta capacidad en los próximos años.

Sin embargo, con la crisis económica de 2009, las aerolíneas empezaron a reducir las rutas y dos años más tarde este sitio operaba ya a una cuarta parte de su capacidad. Rogelio Rodríguez Garduño, especialista aeronáutico de la UNAM, indica que el problema es que la ley mexicana, la ley de aviación civil de 1995, permite que los operadores vuelen sin limitación a cualquier aeropuerto donde decidan siempre que exista espacio. Entonces los operadores salieron de Toluca sin limitación legal y sin compromiso empresarial y se trasladaron a donde había más negocio, al AICM.

“Sí era rentable en el modelo de negocio. Pero la visión a corto plazo hizo que dijeron ‘oye no me espero años a consolidarme, de una vez, me voy al mercado existente, además ha cerrado Mexicana de Aviación y ahí no tengo que seguirme esforzando’. Fue una visión corta, una muy mala respuesta de la autoridad, entonces Toluca se fue vaciando y para tiempos de Peña Nieto no interesó rescatar Toluca. Toluca se quedó en un programa sexenal coyuntural que no se fortaleció ni política ni jurídicamente”, explica.

El especialista en aviación hace hincapié en que México no requiere más oferta de aeropuertos, ya que dispone de una red de más de 70 terminales internacionales, sino de más operadores aéreos. “¿Para qué se crea un aeropuerto si no se tiene una ley que ordene y obligue a los operadores aéreos a que se comprometan a mantener servicios en un esquema porcentual? Tenemos un exceso de aeropuerto y tenemos pocos operadores. Necesitamos competencia, necesitamos más operadores aéreos”, afirma.

El especialista Fernando Gómez Suárez comenta que, aunque en un inicio el Gobierno incentivó la atracción de aerolíneas a Toluca con créditos y estímulos fiscales, en cuanto desaparecieron estas facilidades, las empresas se fueron, además, al pasajero no le convenía ir a una terminal con poca oferta de vuelos. El experto reconoce que este escenario puede presentarse en el aeropuerto Felipe Ángeles. “Creo que una de las mejores soluciones es crear un sistema aeroportuario, pero por ejemplo, con Toluca aún no saben qué van a hacer, no le han metido nada de dinero, no saben cómo va a operar”, concluye.

En agosto del año pasado, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) informó de que todas las trayectorias de llegada y salida y de aeronavegabilidad del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles indican que son totalmente viables para la operación simultánea con el AICM y Toluca, manteniendo separaciones verticales y laterales conforme a las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Aunque EL PAÍS solicitó a la dirección general una entrevista sobre los planes de cara a la nueva entrada en operación del Aeropuerto Felipe Ángeles al cierre de edición no obtuvo respuesta.