Durante 2022 en el Estado de México se registró la pérdida de mil 310 hectáreas de bosque y esto podría ser provocado por un alto índice de tala clandestina que agobia a los bosques de la entidad.
De acuerdo con la plataforma Global Forest Watch, la cual hace uso de las imágenes de Landsat (satélites de Estado Unidos de América), son cuatro regiones de la entidad mexiquense, las que más se han visto afectadas por la tala clandestina desde el año 2020.
Estas son: la región que colinda con el Norte de la Ciudad de México, al oeste de la entidad mexiquense, en los límites con la zona de la mariposa Monarca en el estado de Michoacán. Al sur y suroeste del Nevado de Toluca, y en la zona metropolitana del valle de Toluca, con dirección al sureste de esta región.
La investigadora de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Xanat Antonio Némiga explicó que en 2022 se ubicaron cerca de 300 puntos de deforestación grave en todo el territorio mexiquense.
«Global Forest Watch señala que hay municipios que han perdido hasta 92 hectáreas de bosque en el Estado de México en el último año», precisó.
Estos son Villa Guerrero, Tianguistenco, Texcaltitlán, Tenango del Valle, Villa de Allende, Ocuilan, Calimaya, Temascaltepec, Villa del Carbón, Texcoco y Donato Guerra.
«Donato Guerra es un municipio que llama muchísimo la atención porque aunque en 2022 no esté en primer lugar, en 2020 y 2021 sí, es un municipio crítico», lamentó.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (Cepanaf), en el Estado de México hay 90 Áreas Naturales Protegidas (ANP), de las cuales 15 son de orden federal y 75 de orden estatal.
Dichas ANP ocupan una superficie de 999 mil 661.2 hectáreas, equivalente al 44.45% del territorio estatal, siendo la entidad número uno con mayor cantidad de hectáreas de bosque protegidas.
Lucha contra la tala clandestina
Autoridades de seguridad y de procuración de justicia han implementado acciones para contener el delito de transportación, almacenamiento, distribución, procesamiento, comercialización o destrucción de productos de los montes.
La Secretaría de Seguridad del Estado de México (SS) informó que del 1 de enero al 31 de julio de 2023, se han hecho 77 detenidos y 52 puestas a disposición de presuntos delincuentes que atentaron contra los bosques.
Asimismo, informaron que aseguraron 46 vehículos donde se trasladaban cerca de 4 mil 608 metros cúbicos de recursos maderables, los cuáles fueron recuperados.
«La autoridad necesitaría muchos recursos para poder monitorear todos los bosques, pues tenemos porciones deforestas importantes, dispersadas en todo el territorio, no hay presupuesto que alcance», lamentó la investigadora Antonio Némiga.
Por otra parte, el Poder Judicial del Estado de México (PJEdomex), a través del Sistema de Gestión Judicial Penal, informó que hasta julio de este año se han abierto 39 asuntos iniciados en etapa de control, por presuntos delitos contra el Ambiente y contra la Flora y Fauna Silvestre.
Asimismo, reportó cuatro sentencias de control y 3 sentencias de juicio, sin embargo, ninguna ha sido por tala clandestina.
Más bien, han sido por extracción de musgo, tierra y daño contra la fauna silvestre, pues no existe la tipificación del delito por tala clandestina.
Participación ciudadana
Por ello, y con afán de combatir la tala clandestina desde la ciudadanía civil, la investigadora de la UAEMéx pidió involucrarse más, aunque se piense que «una sola persona no podría ayudar al cambio».
«Las personas que viven cercanas del bosque, yo recomendaría que si somos testigos visuales de que algo está pasando, pues hay que reportarlo».
«Y para las que no vivimos cerca, no debemos de consumir productos que sabemos que proviene de una tala ilegal, pues han proliferado las carpinterías donde no sabemos de dónde proviene la madera», precisó.
Similar a la estrategia que se hace en el caso de los pinos de navidad, donde se constata que se sembraron de una forma sustentable y cumplieron con un proceso certificado.
«Mientras nosotros como consumidores fomentemos esas actividades no reguladas, no exigimos saber si esa madera viene de un manejo forestal responsable, tenemos que cortar la cadena del consumo», recomendó.
Necesario un observatorio
Esta información sobre deforestación parte de estudios internacionales certificados científicamente, pues los informes locales son escasos.
«Hay una publicación de la Universidad que se llama -Los Bosques del Estado de México-, donde hablamos de la deforestación histórica desde los setenta, hasta el 2010. Pero ahorita no hay algún documento actualizado», explicó la académica de la Facultad de Geografía de la UAEMex.
Por lo que, sugirió crear un observatorio local propio, donde se tenga la información detallada de la deforestación que se vive en el Estado de México.
«La Universidad no cuenta con un observatorio, yo creo que esa sería una iniciativa excelente, que nosotros como institución pudiéramos tener un observatorio, más específico, de mejor resolución para el Estado de México», pidió.