Aunque no es jueves, María de la Paz Valdéz se para sobre las losas de la Cocha Acústica de Toluca. Desde allí, mira hacia la explanada y dice que desde hace 20 años esa pista se llena de pasos.
«Bailaban los catrines y las mujeres con sus zapatillas lo que era el danzón, solo danzón«, reitera María de la Paz.
No es jueves pero ha regresado a la Concha Acústica porque reprocha que este año les quitaron el lugar. Llegó otro grupo y echó todo a un lado, le quitó la tradición al baile de los «jueves jubilosos«, asegura.
«Aprovecharon para apropiarse, cuando venimos con nuestros adultos mayores ya estaban otros y no nos quieren dar lugar», lamenta María de la Paz.
Beatriz Maruri, quien es la representante de los grupos juveniles que bailan en la Alameda, coincide en que el espacio de la Concha Acústica fue un despojo y no debió entregarse a otros grupos.
«Con el grupo de Paz todo es muy tranquilo, no hay ningún pleito y no se quitaba cooperación, ahora acá les pasan a pedir apoyo«, señaló Maruri.
La representante informó que ya no son los «jueves jubiliosos«, porque le han cambiando completamente la intención a los eventos. Incluso ya no se toca danzón, dijo.
«Nosotros teníamos otro concepto, llevábamos a los adultos mayores de las casas de día y no pedíamos ningún apoyo económico«, destacó Maruri.
Informó que han acudido al ayuntamiento de Toluca para solicitar reuniones con el director de Cultura, pero se les ha negado una audiencia.
Asimismo, indicó, han hecho llegar escritos a las autoridades municipales para exponer sus situación e informar que su grupo tiene más de 20 años bailando en la Concha Acústica.
«Sabemos que este grupo piden dinero, al principio eran diez pesos, ahora son treinta pesos», aseguró Beatriz Maruri.
La señora María Paz recuerda que esas tardes de jueves las iniciaron su madre y su padre, con el objetivo de dar un momento de recreación a las personas de la tercera edad.
«Mi papá y mi mamá comenzaron en el año 2000 a participar como catrines en los desfiles de Toluca y de ahí hicieron un grupo para bailar en la Concha Acústica, los invitaban a festivales a Valle de Bravo y otros lados«, recordó María Paz.
Lo único que piden las bailarinas toluqueñas es que se les otorgue un día para realizar sus actividades recreativas.
«Que nos dieran un jueves y ellos otro jueves, pero no quieren«, añadieron.
Precisaron que el espacio de la Concha Acústica es público, por lo que no hay contratos, ni comodatos