Exconsejeros electorales y politólogos ven necesario dar el beneficio de la duda a los cuatro consejeros que se incorporarán al Instituto Nacional Electoral (INE), incluida su presidenta, Guadalupe Taddei, y señalaron que la primera tarea será marcar su independencia del Ejecutivo federal sin estridencias y su prueba de fuego será 2024.
Señalaron que si bien fueron designados mediante proceso de insaculación, la designación fue positiva porque cuentan con experiencia en materia electoral y ni siquiera Morena y su mayoría logró imponer a quien se perfilaba como la candidata del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Luis Carlos Ugalde, expresidente del extinto Instituto Federal Electoral, dijo que en un balance general fue un proceso positivo porque la suerte evitó que una persona muy vinculada con el gobierno (Bertha Alcalde), quien además carecía de experiencia electoral fuera nombrada consejera presidenta del INE, como pretendía el oficialismo.
Expuso que el método de tómbola que se usó en la última fase del proceso “genera una suerte de independencia política de los nuevos ungidos, [que] sean al azar es una mejor manera de elegir a los consejeros”.
Argumentó que los perfiles de los cuatro consejeros electos, incluida la nueva presidenta Guadalupe Taddei, pueden operar bien, pues tienen muchos años de experiencia en materia electoral. “Son funcionarios electorales de carrera y habrá que ver sus habilidades políticas, sus habilidades para la negociación y en el caso de la presidenta su capacidad gerencial y su liderazgo”.
Marco Baños, consejero del INE, expuso que la tómbola es la opción extrema, la que la Constitución establece cuando no fue posible la construcción de acuerdos. “Morena fue incapaz de construir acuerdos parlamentarios para lograr la mayoría calificada. Se empecinó en imponer los nombres que le ordenaron y no se pudo. Al final cumplieron la instrucción del Presidente de designar por sorteo, ganaron la presidencia, pero al final perdieron porque no salió su primera candidata, Bertha Alcalde.
“Los perfiles que la tómbola arrojó corresponden a personas con mucha experiencia, que no necesariamente serán capturados por Morena y el gobierno. Tienen una trayectoria que cuidar y necesitan el beneficio de la duda. La presidenta fue funcionaria del INE, conoce la institución y esperemos que actúen conforme a la ley”, subrayó.
Consideró que la construcción de acuerdos para designar a los titulares de las áreas será la primera prueba para la nueva presidenta. Dado que no hay secretario ejecutivo ni titulares de cinco direcciones ejecutivas y otras áreas del INE, no hay forma de designar en forma directa si no es por el acuerdo entre todas y todos los consejeros.
Arturo Sánchez, exconsejero del INE, consideró que el hecho de terminar en la insaculación “no es una buena señal”, pues es claro que no hubo suficiente voluntad política de construir acuerdos, no lograron llegar a una buena negociación en un proceso lleno de sospechas y denuncias de trampas, por lo que no fue lo deseable.
“Lo que ya sabíamos, la mayor parte de los nombres en las quintetas eran cercanos a Morena y al gobierno; sin embargo, debo decir que entre los que resultaron seleccionados como consejeros hay personas que tienen experiencia en materia electoral, han trabajado en diferentes instituciones electorales, por lo cual no les será nuevo el tipo de trabajo que realizarán en el INE”, dijo.
Y subrayó: “Tampoco creo que haya sido una selección que favorezca a uno u otro partido”.
El politólogo y catedrático de la Universidad La Salle, Bernardino Esparza, lamentó que se haya tenido que llegar a la tómbola, que aunque está en la ley, todo fue un proceso deseado, desde los nombres y la forma en que se estableció el comité de expertos sin especialidad en el tema electoral.
Sin embargo, expuso que ante los retos y presiones que generará en la administración del INE la organización del proceso electoral federal del próximo año, la presidenta tendrá poco margen para poder inclinarse hacia el partido que la promovió.