Las mil caras de Toluca, así se fundó el ‘corazón’ del Estado de México

Toluca tiene muchos años de usar el título de ciudad y pasó por un largo proceso de formalización. Si bien no existe evidencia que indique la fecha exacta de su fundación, es a través de la tradición oral que se pueden construir nuevas narrativas que den certeza a la identidad de las y los toluqueños. Al final Toluca no es sólo el conjunto de sus edificios y sus calles, es una ciudad construida con diversas interacciones políticas, económicas, sociales y culturales de sus habitantes, es decir, son las y los toluqueños quienes hoy hacen su propia ciudad.

El Cerro del Toloche, al norte de la ciudad, da origen a su nombre, que proviene de Tolocan y significa «En donde está el Dios Tolo, el inclinado de cabeza». Este fue el nombre que le asignaron los aztecas cuando conquistaron el territorio en 1473. La conquista de Tenochtitlán se consumó en 1521 y algunos cronistas mencionan que Toluca fue fundada por los misioneros que llegaron a evangelizar a los matlazincas y mexicas asentados en el Valle de Toluca el 19 de marzo de 1522, dedicándose al culto de San José e imponiéndole su nombre, aunque hay indicios de que la evangelización inicia en 1524, con la rápida construcción de la capilla abierta de la Santa Cruz de los Otomíes. Aunque a diferencia de otros lugares, la ciudad ya contaba con una densa población sedentaria asentada en el territorio por lo que la palabra «fundación» es debatible. Toluca se convirtió en ciudad oficialmente el 12 de septiembre de 1799; fue nombrada capital del Estado de México el 5 de julio de 1830 y desde 1861 se le denomina Toluca de Lerdo.

Para el escritor, politólogo e investigador para la paz, Rodrigo Sánchez Arce, a la fecha se carece de crónicas antiguas, códices, decretos y demás documentos que establezcan que Toluca fue fundada el 19 de marzo de 1522. “Gonzalo de Sandoval habrá llegado a Toluca entre el 9 y 10 de junio de 1521, conquistó e inmediatamente partió para ayudar a Cortes en la toma de Tenochtitlán, hay crónicas que dicen que la ciudad quedó destruida y los españoles dejaron la viruela; y se llevaron a los matlazincas a la reconstrucción de la gran ciudad. Habrán pasado dos o cuatro años para todo eso”. Se dice que Toluca tuvo una fundación franciscana, pero no se determina quién, pues los franciscanos que evangelizaron la nueva España llegaron en agosto de 1523. “En mayo de 1524 llegan los primeros 12 apósteles de Anáhuac y alguno de ellos pudo haber visitado Toluca”. Después de la conquista se dice que hubo una visita de Hernán Cortes entre 1521 y 1524, tiempo en el que Fray Luis de Fuentes Salidas pudo iniciar la evangelización. En 1529 -mencionó- Carlos V otorga el real decreto al marquesado del Valle a Cortes y el título de marqués, lo cual se podría considerar una especie de fundación civil, pero en el mismo año se dio la primera fundación franciscana. “En 1543 llega el gran evangelizador de los matlazincas Fray Andrés de Castro, donde el principal templo era la Santa Asunción y hasta 140 años después aparece San José de Toluca”. Si bien -enfatizó- no hay un hecho histórico que compruebe la fundación de la ciudad, bajo la tradición oral hay que festejar y celebrar lo que queramos. “El objetivo de los 500 años es ir construyendo nuevas narrativas que den mayor certeza a la identidad y la historia de las y los toluqueños”.

De acuerdo con la profesora investigadora del Colegio Mexiquense e integrante del Sistema Nacional de Investigadores, Karen Ivett Mejía Torres, Toluca formaba parte del imperio español y ayudó a consolidar el esquema político. En el siglo XVI se dio un frenesí de fundación de ciudades, en el siglo XVII fueron menos porque las concesiones reales se dieron a cambio de contribuciones y en el siglo XVIII tenían que pasar por un proceso de formalización, aunque para ese entonces “Toluca era una villa, pero no en la práctica porque no tenía dicho título”. Entre las principales dificultades para consolidarla como una ciudad eran su cercanía con la Ciudad de México, la cual concentraba muchas de las actividades administrativas; lo mismo que las viviendas oficiales de muchos de los pobladores que solo tenían aquí sus haciendas, propiedades o empresas productivas. En el siglo XVI –mencionó- Hernán Cortes envió a Sandoval a conquistar la región del Valle de Toluca que formaba parte del marquesado del valle de Oaxaca y que la Corona le otorgó por sus servicios en la Conquista. “Cortes, era el encargado de aplicar justicia y cobrar tributo, lo cual impidió que Toluca se consolidara como ciudad formalmente porque en estos territorios no se podían formar villas y ciudades”. Con el paso del tiempo los vecinos quisieron comunicarse directamente con la Corona, lo cual provocó tensión en diferentes momentos, pero algunos corregimientos como Metepec y San Mateo Atenco lograron salir del marquesado. En 1685 Juana de Aragón y Cortes, que era la heredera del marquesado, pidió que no se permitan los asentamientos de españoles mestizos, negros o mulatos dentro de los territorios del marquesado, lo cual le retiraba jurisdicción, sin embargo, los españoles ya estaban en la Villa. En 1731 los vecinos hicieron juntas secretas en contra del corregidor nombrado por el marqués para quitarlo y fueron los encargados de gobernar sin cabildo y organizar corporaciones formales e informales. En 1762 pidieron el título de ciudad al rey, aprovechando que la corona española estaba en guerra con Francia, y dictamina que todas las ciudades que contribuyan con dinero pueden obtener el título. “Los vecinos organizan, piden el título pero no hay constancia de que lo reciban, sin embargo, ya se nombran ciudad con el nombre de San José de Toluca, lo cual no les causaba problemas sino hasta el siglo XVIII cuando se los piden, pues existía una disposición que decía que los funcionarios no debían pagar la media nata si tenían un cargo en las ciudades establecidas antes de 1664”. Toluca se convirtió en ciudad el 12 de septiembre de 1799, aunque desde 1662 ya se le denominaba así; cuando Carlos IV firma la cédula real que le da tal categoría.

De acuerdo con el cronista de Toluca, Gerardo Novo Cos, hace 500 años Toluca inició una nueva era, la historia y la crónica forman una pareja en la que marchan de la mano, sin embargo, como muchas parejas también suele ser disparejas por sus propias características. “En Toluca el nombramiento no se dio por derecho sino de facto, pese a las indagaciones hechas por los expertos y curiosos no se ha encontrado hasta ahora sustento documental que permita afirmar con fecha exacta su fundación, sin embargo, se puede asegurar que en 1521 con la incursión de Gonzalo de Sandoval en el Valle de Toluca se inició el contacto al que siguió el conflicto, el combate y la sumisión”. Los primeros años y hasta 1550 de manera convencional –explicó- se considera la etapa bélica de conquista; posteriormente vino la colonización y los enfrentamientos entre culturas mesoamericanas provocadas por la hegemonía y tributos que fue generando una mezcla del odio, rencor y venganza. “Si no hay una fecha de conversión debemos celebrar algo, no festejaremos el acto de invasión que truncó el surgimiento de muchas culturas ni el surgimiento de una cultura de opresión ni las matanzas de los indígenas, el trabajo forzado, entre otras cuestiones”. Esos 500 años -recalcó- son suficientes para hacer algo y celebrar aunque no tengamos en la mano la CURP de la ciudad.