San Miguel el Grande, perteneciente a la región mixteca de Oaxaca y tierra de poco más de 4 mil habitantes, de acuerdo a los últimos registros de INEGI. Dicha región, ha regalado al resto de la República, manos con amor al arte y la creación, pues Fausta decidió emprender el viaje a distintas entidades del país, entre ellas el Estado de México, junto con sus tres hijos y sus hermanos, con el deseo, -como los inmigrantes del mundo- de hallar una mejor vida.
Desde el día sábado, se instalaron en la capital mexiquense, teniendo un sitio para dormir cerca de la vialidad Alfredo del Mazo, mencionó Julián, hijo de Fausta e interprete de la familia, pues es el único que sabe hablar bien el español, esperando con entusiasmo que las autoridades les permitan vender al menos un poco para los estudios de su hermana de ocho años de edad, dado que el viaje aletargado de su residencia hasta tierras mexiquenses, cuya duración fue de 18 horas en autobús, tiene como principal intensión comprarle un dispositivo electrónico a su hermana con conexión a internet y con ello, no detener sus estudios.
“Apenas llegamos, nos quedamos en la casa de un tío que ya tiene aquí tiempo, nos han tratado bien las personas que pasan y nos ven pero las autoridades no tanto, no nos permiten vender en la calle, yo les digo que lo único que queremos es juntar un poco de dinero para que mi hermana siga estudiando su primaria. Yo dejé de estudiar el año pasado, estudiaba la telesecundaria allá de donde venimos, pero pues mejor quiero trabajar para ayudarle a mi mamá.” Argumentó.
Fausta y sus hijos de raíces mixtecas, pretenden permanecer una semana solamente en Toluca y sus alrededores, compartiendo que tienen pensado instalarse en puntos de mayor confluencia como: avenida Comonfort, avenida Las Torres, Zinacantepec, la Terminal y Pilares, además sus jornadas laborales se perciben exhaustivas, ya que tienen una duración de 10 horas, empezando desde las 10 de la mañana, hasta las 8 de la noche.
Los precios de las artesanías que se componen de bolsas, flores, canastas, oscilan entre los 50 a los 100 pesos, además, la menor de todas y quien sueña con regresar a sus estudios, elabora florecitas de colores que vende a 10 pesos cada una, mencionando en traducción de su hermano, que desea ser por igual, un pilar para su mamá.
“De aquí tal vez nos vayamos a México, allá tenemos más familia, seguramente también podemos hacer más dinero. Nos fuimos de nuestra casa porque la verdad sí está muy pesado todo, casi no hay trabajos, apenas tenemos escuelas para seguir estudiando y si no hay nada de eso, pues no hay mucho para comer. Sabemos que nos va a ir bien, ojalá que sí.” Compartió Julián.
Desde 2015 a 2020, arribaron al Estado de México 433 mil 992 personas de diversas entidades de la República, según INEGI, siendo las principales razones de su desplazamiento: la falta de trabajo, inseguridad, así como problemas de pobreza y marginación. Fausta forma parte de la población de andariegos y espera que su hija, tenga mejores amaneceres.